En la academia nos enseñan que los medios de comunicación son "el cuarto poder", de su influencia, la capacidad que tienen de “despertar” al público de su aletargamiento frente a cualquier tema y del impresionante poder que tiene de la palabra. Es tan común esta frase que se hace difícil pensar que su origen se le atribuye a un francés en los años previos a la revolución francesa y que siga tan vigente hasta estos días. (1)
Ahora, lo interesante del tema viene en esa delgada línea de la cual no nos damos cuenta que cruzamos, y pasamos de informar, despertar, alertar, dar detalles, ofrecer insumos a los receptores de nuestros mensajes, a la manipulación de contenidos con o sin fines de beneficio propio o del medio.
En teoría se pueden apreciar las diferencias entre el cumplir el oficio con ética o no, pero la verdad es que el idealismo se puede perder en los detalles. Para evidenciar esto propongo observar escenarios donde es visible la definición de la agenda pública por parte de los medios (partiendo de la base que lo hacen con criterio y responsabilidad ética), o en la cual los medios seleccionan el material a publicar acorde a sus interés particulares o los de sus dueños.
Traigo como ejemplo un ejercicio que hago constantemente para no caer en la cotidianidad de leer exclusivamente la revista Semana o el periódico El Tiempo, y es entrar a Google Noticias, donde encuentro las mismas noticias en diferentes periódicos, con perspectivas distintas, y donde tengo la opción de elegir. Miremos los diferentes enfoques que le dan muchos medios a un mismo tema. De allí se podría hacer perfectamente un estudio particular de la línea editorial, sus “frames” y los intereses de cada medio.
Caso No. 1:
Un ejemplo claro donde los medios nos dicen a qué tema del proceso de paz deberíamos prestarle más atención. ¿A la percepción de los colombianos? ¿Al papel de Uribe? ¿A lo que dice las FARC frente al papel del Gobierno? Al menos de esta forma el usuario puede elegir.
Caso No. 2:
¿Qué tema reciente no ha faltado en el día a día de los bogotanos? Claramente el alcalde Gustavo Petro, quien es un tema en sí, del que se habla casi a diario. Pero entre el mar de información que existe y puntualizando en el ejemplo de la valorización de los predios en Bogotá ¿qué escoger? ¿Lo que opina el concejo? ¿La propuesta en sí? ¿Que él quiere las cosas a su manera? ¿O que el tema está frenado en vez de avanzar? El usuario elige.
Para finalizar me parece importa resaltar que el ideal de los medios, especialmente visto desde la academia, es el de informar sin segundas intenciones, remitirse a los hechos, tener criterio de selección y exclusión, abandonar el sensacionalismo y abstenerse de dar opiniones personales. En la realidad también somos humanos que tenemos una percepción personal, un interés, unas necesidades y segundas intenciones. Simplemente somos humanos. ¿Cómo corregimos eso para volcarnos a la ética purista?
Bibliografía:
(1) Edmund Burke, (Dublín, 12 de enero de 1729 – Beaconsfield, 9 de julio de 1797)
Maigret, E. (2005). La trampa de las teorías de los efectos directos. En: Maigret, E. Sociología de la Comunicación y de los Medios, FCE., Colombia, pp 85 – 105
Giménez Armentia, Pilar (2006). Una nueva visión del proceso comunicativo: la Teoría del Enfoque (Framing). Revista Comunicación y Hombre. No. 2, Año 2006., pp 55 – 66. Univ. Francisco de Vitoria.